¿Conquistar la democracia?

Desde que hace algunas semanas personas admiradas por mí, como Pablo Iglesias Turrión, Juan Carlos Monedero o la Diputada de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, Tania Sánchez Melero, han aparecido en los programas de la cadena de televisión y radio Intereconomía debatiendo con los habituales contertulios sobre temas como la memoria histórica, la II República, la Guerra Civil o la Dictadura de Francisco Franco. Lo cierto es que después de escudriñar los vídeos de los programas he llegado a una conclusión clara y certera: somos víctimas de nuestros propios errores políticos.
La ausencia de un relato cohesionado para oponerlo al de los vencedores, a las élites que han dominado las entrañas políticas y económicas del Estado español durante los dos últimos siglos,  ha dado como resultado que los eximios politólogos, a pesar de ser habilidosos oradores, hayan sido vapuleados por los aprendices de Ricardo de la Cierva y Comín Colomer por mucho que me duela reconocerlo. 
En una  charla pronunciada en la ciudad de Zaragoza, ante los militantes y simpatizantes de la Unión de Juventudes Comunistas de España, el profesor Pablo Iglesias nos decía, y sin falta de razón alguna, que era necesario disputar los términos políticos como democracia a la ideología dominante. Pablo Iglesias, que es un gran estudioso de la obra de Antonio Gramsci y de Slavoj Zizek, nos contaba como es imposible defender ante la "gente normal", términos como  “Dictadura del proletariado” y que acto seguido definía perfectamente como única forma democrática, entendida como lo que es en sí, dictadura para la clase oprimida y democracia para la opresora. Resulta un tanto chocante que podamos prestarnos (utilizo el plural mayestático dado que entiendo que cuando alguien como Pablo Iglesias, Monedero, o Tania Sánchez pisan la arena de los medios fascistas hablan por boca de muchos de los que nos encuadramos dentro de la izquierda radical) al acto suicida que parece intentar combatir sobre los temas señalados en el encabezamiento del artículo dentro del marco conceptual generado por ellos mismos. Me parece imposible que seamos capaces de crear una mínima vía de agua en los argumentos que se asientan sobre algo mas que la historia oficial de este país, sinceramente y a mi entender,  es algo mas que un relato. Bajo mi punto de vista los argumentos esgrimidos por los oponentes dialécticos de los compañeros anteriormente citados son el auténtico sustrato sociológico sobre el que se ha asentado la línea general de la política española durante la segunda mitad del siglo XX.

República, guerra y revolución social.

En términos políticos la mayoría de los militantes que se reclaman demócratas, socialistas, comunistas, trotskystas, anarco-sindicalistas o libertarios parecen tener un relato propio de lo sucedido entre los años 1931 y 1939. Pero, a decir verdad, no parece que algunos se hayan enterado todavía que la unidad orgánica del Frente Popular se había roto a finales del año 1936 y por ende  no hay una única forma de ver lo ocurrido durante esa época y la posterior noche de cuarenta años que llenó de sueños revolucionarios las cunetas de España. 
Ellos pueden hablar de la "masacre de Paracuellos" y acusar de ello a Santiago Carrillo, mientras nadie es capaz de hablar del asesinato de cuatro mil personas en la Plaza de Toros de la ciudad de Badajoz por las tropas que mandaba el General Yagüe, pueden como hizo el ignominioso historiador Fernando Paz decir que el bombardeo de Gernika fue básicamente una broma de verano que la Legión Cóndor mandó vía aérea a la histórica villa bizkaina. Pueden hacerlo. Si, tienen armas de las que nosotros carecemos, parece mentira que nos hayamos olvidado que para la burguesía (de la que no nos engañemos forman y formaban parte los nostálgicos de la obra de Francisco Franco) todo está permitido en su lucha contra el Comunismo en particular y contra la clase obrera y sus diferentes proyectos en general. Habría que parafrasear, como le gusta hacer a Pablo Iglesias, al Nega en la canción "Guerras Púnicas" del disco Riot Propaganda: "Es lucha de clases, subnormales. / ¡Comedme la polla!. Eso es lo que parecen estar gritándonos los amigos y amigas de Intereconomía. 
Parece que no queremos darnos cuenta que nosotros también podemos o por lo menos ser permeables a que esa filfa de la superioridad moral de la izquierda no es tal, algunos y algunas siguen viviendo en un "Nunca Jamás político" en el cual no cabe el enfrentamiento con quienes son nuestros antagonistas. 

Tanto los historiadores franquistas y los bien pensantes demócratas le han dado mucha importancia al editorial aparecido en "El socialista" el 3 de Enero de 1934 que bajo el nombre de "Atención al disco rojo" terminaba de esta tajante forma:"Concordia? ¡No! ¡Guerra de clases! ¡Odio a muerte a la burguesía criminal! ¿Concordia? Sí: pero entre los proletarios de todas las ideas que quieran salvarse y librar a España del ludibrio. Pase lo que pase, ¡atención al disco rojo!" Parece claro que desde que ganaron la guerra ellos nos lo han aplicado a nosotros. Pero parece que todavía no nos hemos dado cuenta que hablar de defender la democracia en plena orgía nacional-sindicalista no sirve como arma de combate, como todos saben esa palabra ha sido arrebatada por el enemigo y que  para nosotros tenga otro significado es imposible tumbar a los conversos que desde las tertulias de televisión construyen ideología apuntalando así el actual estado de las cosas.  

El hecho político de que nos revistamos de los ropajes demócratas hoy por hoy  no va a llevar al imaginario de esa gente normal ni a Robespierre, ni a Marat, ni a Pi y Margall. No. Las mentes de todos aquellos que están sometidos al sentido común proyectarán la imagen de Margaret Tathcher o Ronald Reagan, Si pretendemos que alguien se crea que la legión de "stalinistas" y anarquistas que formaron parte de las Brigadas Internacionales defendía la democracia con el significante que la ideología dominante le ha otorgado estaríamos siendo nosotros los primeros en deshonrar su memoria.
Conviene resaltar que fueron las potencias denominadas "democráticas" las que vendieron a la República al fascismo, que el único apoyo que tuvieron las masas del pueblo español fue el de la Unión Soviética,el del Movimiento Comunista Internacional y por supuesto de toda la humanidad progresiva. En tanto todo continué así habrá que replantearse los argumentos a utilizar y saltar por encima de lo que significa ser políticamente correcto y que como decía la el profesor Pablo Iglesias en uno de sus editoriales en el programa Fort Apache, "la política es boxeo" y por eso no caben combates a los puntos contra los cuadros de la opresión sino ir a por el KO.


     

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