Embestida pogre.

La idea de ser políticamente incorrecto me la ha sugerido el artículo titulado "Toreo, tradición "tortural" e izquierda" escrito por Nazarín Armanian el pasado 30 de Junio en el Diario Público.
Sinceramente apelar a la integridad ética de la izquierda al hablar de la tortura animal, de la cual comienzo a estar un poco harto, me da la sensación que es dar otra vuelta de tuerca a ciertas cuestiones que son ajenas a la izquierda, o a lo que considero izquierda, o lo que debe o debería ser la izquierda.
No me imagino a la mayoría de los intelectuales del movimiento obrero comiendo piedras para respetar los derechos de los animales en vez de dedicar su tiempo a buscar que había detrás de las relaciones sociales de producción, pero más allá de aquello que Marx, Lenin, Gramsci o Mao Tse Tung pudiesen pensar respecto a este particular me gustaría decir algo que todos los militantes de la izquierda revolucionaria tenemos interiorizado: nuestro culto a lo que se ha dado en llamar "Movimientos sociales". Lo que de progresivo tienen éstos reside en mi opinión en el hecho de intentar atacar determinadas contradicciones que el sistema de opresión capitalista y que se manifiestan en aspectos concretos. Eso es lo que un militante de la izquierda radical debería ver en torno a los movimientos de protesta y de confrontación con las políticas que utilizan los gobiernos burgueses para mantener su posición de privilegio.
No veo mala voluntad, sinceramente,  en aquellas personas, y cuya actitud achacó principalmente a la inercia política de los últimos treinta años, y que parecen ver en las banderas de colores el elemento fundamental de la trasformación social, aunque yo me mantengo en que el vector histórico del movimiento obrero seguirá ocupando la centralidad por ser la contradicción capital trabajo la principal del sistema capitalista. Y dando por supuesto que son los movimientos que promueven la lucha por la emancipación de la humanidad los que han hecho avanzar la rueda de la Historia  y que nada tienen que ver con movimientos como el antitaurino que bajo mi punto de vista tienen poco de progresivo y corroboro lo que la autora del artículo afirma, es "una cuestión de pijos aburridos". Hay demasiada gente que ve en los toros una suerte de cruzada antifascista, seguramente sin tener una idea muy precisa de lo que es el fascismo,  otros como signo identitario, aunque en los tres territorios que ocupan las nacionalidades históricas, con la excepción de Galiza, haya tradición de festejos con toros, o por último el hecho de que el mundo taurino es algo que es patrimonio de la carpetovetónica derecha española.
Siento contradecir a la mayoría de la izquierda estatal y periférica. Porque hay multitud de elementos que ligan la tauromaquia con "la izquierda", quiero hablar de Federico García Lorca, de una de las principales referencias de la literatura universal en castellano y fundador de la Asociación de Amigos de la URSS, de Miguel Hernández, el gran poeta de nuestro pueblo, de Joaquín Arcollas "el banderillero anarquista", asesinado en Biznar junto con el poeta granadinode Juan Belmonte, torero de cuna humilde y que consiguió  vencer el analfabetismo al que su posición subalterna le otorgaba,  o de Ignacio Sánchez Mejías, matador de toros, patrocinador y mecenas del congreso sobre Luis de Góngora celebrado en Sevilla y que dió a luz a la llamada Generación del 27 de la cual formaba parte Rafael Alberti, comunista  y poeta.
Siento parecer demagogo, pero lo cierto es que lo mas descollante de los movimientos de liberación animal ha sido la siempre sexual actriz francesa, Brigitte Bardot  que pidió el voto para el partido fascista francés, Frente Nacional, que comandaba Jean Marie Leppen. Resulta curioso que alguien que pretende que a los trabajadores inmigrantes les sean conculcados sus derechos fundamentales mientras se pronuncia en contra del maltrato animal.¡Qué valor! Un ejemplo lo suficientemente ilustrativo de quien se esconde tras estas proclamas antitaurinas y animalistas, y por otro lado que al parecer esto de la afición a la tauromaquia ha tenido entre ella a personalidades propias de la izquierda.
A los que hablan de esa conformidad ética me gustaría oponer mi opinión política lejana de "pijoterismos" absurdos.

5 comentarios:

Contra toda opresión dijo...

Comenzar una batería de demagogia que defiende desligar a la izquierda de todo lo que a uno le interesa (sin explicar por qué), en este caso de la lucha contra la opresión hacia los animales, con una foto de nuestro querido Ché en una corrida de toros, nos hace sospechar que el intento en cuestión está flaquito. Al terminar, efectivamente, se queda en los huesos.

Permítenos que nos dirijamos personalmente a ti, ya que tu exposición es en primera persona y, más que argumentos, muestras opiniones. Esperamos que no te moleste.

De políticamente incorrecto el texto no tiene nada. Lo dejaríamos en incorrecto, de forma y de fondo.

No sabemos si comienzas a estar un poco harto de la integridad ética de la izquierda, o un poco harto de la tortura animal. En el primer caso, el artículo cobraría sentido de golpe y, por lo tanto, aquí terminaría nuestra atención por todo lo que puedas decir.

Si, más bien, tu hartazgo se refiere a la tortura, tenemos que decirte, compañero, que estamos de acuerdo contigo. También convivimos con la impotencia de rebosar asco al ver cada día miles de expresiones de tortura animal, entre ellas, la tauromaquia.
Pero creemos que tampoco vas por ahí.

Aunque no lo expresas bien, en el resto del artículo das a entender que estás harto de las reivindicaciones de todo tipo (que conoces, claro, porque, como veremos, no estás al tanto de todas) de lucha contra la tortura animal, excluyéndola, además, de la izquierda. Es, aquí, donde debemos contestar.

Varios intelectuales, como David Nibert o Renzo Llorente, se declaran antiespecistas, llevando un estilo de vida vegano, no comen piedras, y piensan e investigan la sociedad y sus contradicciones desde análisis y posiciones explícitamente marxistas. Porque algunas y algunos defendemos que, el pensamiento radical y coherente de la emancipación de la humanidad llegará, solamente, si se afronta desde la raíz que, más allá de discusiones y debates antropológicos, psicológicos, sociológicos... es irrefutable que debe confluir en un enfrentamiento, sin ambigüedad, de La Opresión, tanto conceptualmente como en cualquiera de sus manifestaciones. Nosotros nos preguntamos, desde un análisis materialista profundo ¿Qué es la explotación animal (humana o no) sino opresión? ¿A qué tipo de emancipación pueden aspirar un hombre o una mujer que viven subyugado o subyugada a interpretar el papel del opresor/a, aunque oprimido/a? ¿Con qué autoridad ética los seres humanos luchan por la libertad, cuando ellos mismos se la niegan a sujetos con derecho a ella? (sigue)

Contra toda opresión dijo...

Sí, hablamos de ÉTICA porque nuestras aspiraciones eco-comunistas no se pueden desligar del sueño utópico (en el sentido que le da Ernst Bloch: aquello que aún no existe pero se puede alcanzar) de una sociedad basada en valores de libertad, igualdad social y solidaridad. Y eso no tiene nada que ver con planteamientos idealistas, sino con la cercanía que sentimos con la denominada corriente cálida del marxismo ¿Acaso el “hombre (y la mujer) nuevxs de Guevara son simples robots mecánicamente determinadxs por el cambio en el modo y las relaciones de producción?

Parecen incomodarte las “banderas de colores”. Teniendo el rojo ¿para qué liar la madeja, verdad? Lo cierto es que el movimiento obrero germinó hace más de 150 años, y que ahora es de trabajadores y de trabajadoras, va poco a poco asumiendo la finitud del Planeta, y comienza más lentamente de lo deseable a revisar su discurso productivista/distributivo (y aquí es imprescindible el veganismo/antiespecismo). E, incuestionablemente, un movimiento obrero que interiorice la pelea por la emancipación LGTBI, inabarcable desde la hegemonía de cierto concepto de dictadura del proletariado o democracia socialista –preferimos esta denominación- que confía en que la superación del capitalismo incluye por arte de magia la erradicación del resto de opresiones.

Si no somos capaces de entender la pluralidad, para trabajar después la unificación en el terreno político, tendremos un serio problema. Esa pluralidad de género, etnia, clase, especie… debe ser identificada y comprendida. Para ello, hay que partir de una lectura basada en lo siguiente: todas esas contradicciones se cruzan y hay que pensarlas de forma combinada. En otros momentos, la clase determinaba al resto de cuestiones, pero esto ahora se complejiza.

Ante esta realidad se producen varias respuestas. Unas fueron las coaliciones arcoíris en los 80, que consistían en una simple suma de opresiones, aunque sin llegar a realizar una síntesis. El movimiento altermundialista irá un punto más allá de aquellas coaliciones , pero sin que podamos hablar de bloque social articulado y perspectiva clara. Incompresiblemente, frente a ello, el llamado “obrerismo” (en el que entendemos te sitúas), considera molestas, o simples compañeras de viaje, al resto de formas de lucha. (sigue)

Contra toda opresión dijo...

Nuestra postura frente a estas visiones es la de pensar la interrelación, buscar la intersección donde se cruzan las diferentes formas de opresión. Si existe una autonomía relativa, puede haber una unidad relativa, pero esto no es espontáneo, sino que requiere ser trabajado políticamente. El símbolo de este planteamiento puede ser un puzzle en el que las diferentes piezas encajan para formar un conjunto coherente.
La lógica del capital es el elemento unificador; la de la mercantilización de (casi) todo, y la del auge de la globalización con el asedio de la clase capitalista a todos los rincones del mundo y a cualquier sector (incluidos aquellos tan sensibles como la sanidad o la educación).
La defensa del cambio social –global-, y al mismo tiempo la de las reivindicaciones interrelacionadas de cada grupo social de ese bloque histórico necesario, es nuestra perspectiva. Rechazamos que exista una contradicción principal -el conflicto de clase- y otras secundarias (raza, género, orientación sexual, especie…). Lo que sí existe es un elemento unificador que es el capital y la lucha contra él, pero no hay subalternidad de otras peleas frente a esta. El equilibrio es difícil, sin duda, pero es nuestra apuesta y la de otras gentes de la izquierda anti(este)sistema. (sigue)

Contra toda opresión dijo...

La calificación de pijxs o de pequeñxs-burguesxs aburridxs hacia quienes defendemos una tradición marxista de la que nos reivindicamos sin duda alguna, pero abierta y heterodoxa y por ello siempre gustosa de ser enriquecida -recibiendo las aportaciones de los nuevos movimientos sociales de los últimos 40 años- sí provoca hartura. No fantaseamos con expropiar y socializar la propiedad y la gestión de las fábricas de armas, las centrales nucleares o los mataderos. El objetivo es ponerles un candado y tirar la llave al mar ¿Eso nos convierte en pseudo-revolucionarios? Va a ser que no.

Retornando a la cuestión taurina, e intentando poner un poco de orden en todo ese batiburrillo que lanzas, defender que la tauromaquia no es un símbolo fascista es, directamente, no saber de tauromaquia, desmenuzada o examinada holísticamente. La tauromaquia es machismo, clasismo, capitalismo, aristocracia, catolicismo, autoritarismo, españolismo y…especismo. La tauromaquia es fascismo.
Que a estas alturas alguien venga con el argumento de que Carrillo fumó dos cajetillas hasta los 90 años y no murió de cáncer, se hace muy pesado. Porque por cada diez personas de izquierdas que nombres taurinas, podremos sacar otras diez del neoliberalismo más crudo. Eso sí, estas últimas con coherencia en su discurso.

Pero además, ¿qué dirían hoy Miguel Hernández o García Lorca? Ni lo sabemos, ni lo pretendemos. Dejémoslos en paz, que bastante tuvieron con lo de su tiempo. Que una persona de izquierdas fomente (consciente o inconscientemente) una práctica abusiva, opresiva, no convierte a esta en aceptable, y mucho menos en un símbolo de la izquierda.

No pareces demagogo, te expresas como tal. Aunque esperamos que sea con desconocimiento y no con premeditación. No hay movimientos de liberación animal. Existe El Movimiento de Liberación Animal o de Derechos de los Animales, eso sí, con sus corrientes, como cualquier otro. Que identifiques a parte de la izquierda anticapitalista (entre la que nos incluimos), vegana, antiespecista, con Brigitte Bardot, por tu incapacidad de interpretar lo que de ella sale, puede tener el mismo resultado que comparar a un subjetivo antagónico con la ideología de Vargas Llosa, y es que lxs dos han defendido, de la manera que sea (eso es lo de menos, ¿verdad?), la tortura de los toros. Vamos, que nosotros somos a Bardot lo que tú eres a Llosa.

Y a riesgo de confundirte entre pijxs aburridxs, utilitaristas, bienestaristas, abolicionistas, etc., no manches un movimiento de izquierda radical, emancipatorio, liberacionista, solidario y justo, sin saber cuáles son sus principios. No lo hagas, al menos, sin haber leído a sus referencias. Porque el daño que viene desde nuestro lado rojo, verde, violeta y animal, muerde en las entrañas.

Argumentemos con razonamientos que formen y mejoren nuestro discurso. Deberíamos vencer las vanidades que nos hacen caer en la tentación de escribir para defender “malas pasiones”.

Caballo de Troya inconsciente…

Enrique N. y Juan B/ Zamora (Estado Español)

Unknown dijo...

Estimad@s compañer@s, os felicito por el trabajo realizado y las molestias que os habéis tomado. Nunca supuse que una entrada como esta pudiese provocar semejantes comentarios. Ahora os expondré someramente lo que yo pienso:
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¿Vuestro querido "Che"? No se si a algunos os molesta más ver al Comandante en una Plaza de Toros o con gafas de sol, una cresta u otro tipo de ornamentos, aún así permitid que dude de vuestra admiración y amor revolucionario por Ernesto Guevara. Si os parece que alguien como el que ha escrito este artículo (que de ninguna manera podría homologarse a tan grandioso revolucionario) se puede ubicar bajo la égida del fascismo, supongo que deberíais meter en el mismo saco a todos los que participaron en el proceso de liberación nacional en Cuba, que parecen acercarse mas a lo expuesto por mí (sin ánimo de subirme al pedestal de "los barbudos"), pero mas allá de todo lo que proponéis y que me parece lícito, el proselitismo de según que cuestiones me parece que ya cansa.
Desconozco cuanto tiempo habéis ocupado en escribir tan sesudas resoluciones para contestar a una reflexión como la expuesta en la entrada de este blog, que solamente contiene opiniones personales y con las que no os insto a estar de acuerdo, ni tan siquiera a respetarlas.
Para cerrar un debate, que creo que no tiene ningún tipo de transacción, solamente os diría que puede que yo esté equivocado y no sea de "izquierdas" y que la izquierda hoy, sea todo aquello que expresáis en vuestros comentarios. Sinceramente, la mayoría de vuestras argumentaciones no son nada nuevo, estoy harto de escucharlas y de leerlas, no es nada original.

Por otra parte no pienso tomarme en serio ninguno de los epítetos que me habéis dedicado como el que me tacha de "fascista" o "Vargas Llosa" si se puede tildar de insulto, es algo a lo que estoy habituado, este tipo de embates dialécticos solemos recibirlos aquellos que no asentamos nuestra ideología sobre la post-modernidad mal entendida. Pues sí, puedo ser ese "mal comunista", el que siente nostalgia política de la URSS y las democracias populares. Al que le gustan los carteles de propaganda con obreros marchando o guardias rojos con fúsiles, en vez de figuras queer de mujeres con bigote y pene, si soy de esos. Seguramente por eso aparecen los cuadros de la Bandera Roja o del asesinato de Marat en el blog.
Me alegro que os haya interesado (aunque haya sido para mal y de verdad lo lamento) lo escrito por mí, espero vuestros comentarios y os estoy sinceramente agradecido por comparar mi prosa con la de ese escritor peruano ( como dice Juan Carlos Monedero "eximio escritor y patético ciudadano").
Os emplazo a que permanezcáis atentos a los próximos artículos porque continuaré con los ajustes de cuentas políticos contra todo lo que me parecen "pijoterismos". Es cierto que el artículo aunque no tenga la mejor gramática y ortografía es un "ostión" en dónde mas duele a algunas cuestiones de las que nadie se atreve a hablar abiertamente, no tenía ánimo de zaherir pero si lo ha conseguido será que algún tipo de razón le asiste.Demagogias aparte, perdonad que desconozca quienes son los autores marxistas-veganos de los que me habláis, aún así espero que no sea la tradicional manera de adaptar el pensamiento de Marx y Engels a la acción de cada uno, porque desgraciadamente de eso conozco multitud de ejemplos y se tiene un nombre, se llama Revisionismo.
Reiterándoos el agradecimiento, continuad con vuestra lucha, eso sí, no pretendáis que estemos de acuerdo en según que cuestiones como esta porque me parece imposible.
Atentamente, recibid un saludo revolucionario.

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