Son lo mismo.

Parecía inaudito lo acaecido ayer en el Consejo de los Diputados, el actual Secretario General del PSOE reclamaba desde la tribuna al diputado de Iniciativa per Catalunya-Verds Joan Coscubiela el hecho de haber dicho que Partido Popular y el partido del señor Rubalcaba son lo mismo.
Creo que la polémica no merece que se derrame demasiada tinta en torno a ella, sobre todo después de que saltase a los medios de comunicación de masas el escándalo protagonizado por el ex-consejero delegado de MetroBilbao, Iñaki Prego, y consistente en el cobro de casi 200,000 Euros en concepto de indemnización tras cesar en su cargo. El miembro del Partido Socialista de Euskadi junto con otros miembros de la Consejería de Transportes del anterior Gobierno Vasco dirigido por Patxi López, podrían haberse llevado de las arcas públicas en torno casi 500,000 Euros. Curiosa la gestión de los socialistas vascos al frente del principal medio de transporte utilizado por la población de Bilbao y el Gran Bilbao, que tuvo que hacer frente a una subida de 0,30 euros en el precio del billete, y los trabajadores del suburbano a recortes de sueldo y despidos.
Si a esto se suma las permanentes imputaciones de cargos del Partido Socialista en Andalucía, con el último caso de la ex-ministra de Fomento Magdalena Álvarez  durante el Gobierno de Jose Luis Rodriguez Zapatero en el caso de los ERE´s, lo dicho por Coscubiela puede tener ciertos visos de razón.
Si hay algo que se ha demostrado en los últimos años es que neo-liberales y socialdemócratas coinciden en la defensa de la economía de mercado, y en torno a la política internacional, se caracterizan por  no contradecir el liderazgo norteamericano y alemán. Podría ser buen ejemplo el pacto de gobierno de la CDU, de Merkel con el SPD lo que se llamó "la gran coalición" o en el caso francés la formación de un partido tapón que asuma ambos corpus ideológicosy se convierta en la llave que pueda asegurar ciertas decisiones políticas. En la contestación de Perez Rubalcaba a Joan Coscubiela afirmó que  Sarkozy y Hollande no son lo mismo, pero al lider del PSOE no se le ocurrió hablar del partido que hasta 2007 lideró Francois Bayru, la Unión para la Democracia Francesa, y que desde sus últimos fracasos electorales se ha redundado en el Movimiento Democrático, un partido que asume ciertos elementos de regeneración del sistema pero que defiende en su totalidad el régimen.
Parece que diferencias y similitudes entre los "partidos de orden" no son excesivas, eso si, la pregunta es qué debe diferenciar a la izquierda que cree que representar Coscubiela para alejarse de estas fuerzas políticas sobre las que se sustenta el sistema capitalista.

   

Embestida pogre.

La idea de ser políticamente incorrecto me la ha sugerido el artículo titulado "Toreo, tradición "tortural" e izquierda" escrito por Nazarín Armanian el pasado 30 de Junio en el Diario Público.
Sinceramente apelar a la integridad ética de la izquierda al hablar de la tortura animal, de la cual comienzo a estar un poco harto, me da la sensación que es dar otra vuelta de tuerca a ciertas cuestiones que son ajenas a la izquierda, o a lo que considero izquierda, o lo que debe o debería ser la izquierda.
No me imagino a la mayoría de los intelectuales del movimiento obrero comiendo piedras para respetar los derechos de los animales en vez de dedicar su tiempo a buscar que había detrás de las relaciones sociales de producción, pero más allá de aquello que Marx, Lenin, Gramsci o Mao Tse Tung pudiesen pensar respecto a este particular me gustaría decir algo que todos los militantes de la izquierda revolucionaria tenemos interiorizado: nuestro culto a lo que se ha dado en llamar "Movimientos sociales". Lo que de progresivo tienen éstos reside en mi opinión en el hecho de intentar atacar determinadas contradicciones que el sistema de opresión capitalista y que se manifiestan en aspectos concretos. Eso es lo que un militante de la izquierda radical debería ver en torno a los movimientos de protesta y de confrontación con las políticas que utilizan los gobiernos burgueses para mantener su posición de privilegio.
No veo mala voluntad, sinceramente,  en aquellas personas, y cuya actitud achacó principalmente a la inercia política de los últimos treinta años, y que parecen ver en las banderas de colores el elemento fundamental de la trasformación social, aunque yo me mantengo en que el vector histórico del movimiento obrero seguirá ocupando la centralidad por ser la contradicción capital trabajo la principal del sistema capitalista. Y dando por supuesto que son los movimientos que promueven la lucha por la emancipación de la humanidad los que han hecho avanzar la rueda de la Historia  y que nada tienen que ver con movimientos como el antitaurino que bajo mi punto de vista tienen poco de progresivo y corroboro lo que la autora del artículo afirma, es "una cuestión de pijos aburridos". Hay demasiada gente que ve en los toros una suerte de cruzada antifascista, seguramente sin tener una idea muy precisa de lo que es el fascismo,  otros como signo identitario, aunque en los tres territorios que ocupan las nacionalidades históricas, con la excepción de Galiza, haya tradición de festejos con toros, o por último el hecho de que el mundo taurino es algo que es patrimonio de la carpetovetónica derecha española.
Siento contradecir a la mayoría de la izquierda estatal y periférica. Porque hay multitud de elementos que ligan la tauromaquia con "la izquierda", quiero hablar de Federico García Lorca, de una de las principales referencias de la literatura universal en castellano y fundador de la Asociación de Amigos de la URSS, de Miguel Hernández, el gran poeta de nuestro pueblo, de Joaquín Arcollas "el banderillero anarquista", asesinado en Biznar junto con el poeta granadinode Juan Belmonte, torero de cuna humilde y que consiguió  vencer el analfabetismo al que su posición subalterna le otorgaba,  o de Ignacio Sánchez Mejías, matador de toros, patrocinador y mecenas del congreso sobre Luis de Góngora celebrado en Sevilla y que dió a luz a la llamada Generación del 27 de la cual formaba parte Rafael Alberti, comunista  y poeta.
Siento parecer demagogo, pero lo cierto es que lo mas descollante de los movimientos de liberación animal ha sido la siempre sexual actriz francesa, Brigitte Bardot  que pidió el voto para el partido fascista francés, Frente Nacional, que comandaba Jean Marie Leppen. Resulta curioso que alguien que pretende que a los trabajadores inmigrantes les sean conculcados sus derechos fundamentales mientras se pronuncia en contra del maltrato animal.¡Qué valor! Un ejemplo lo suficientemente ilustrativo de quien se esconde tras estas proclamas antitaurinas y animalistas, y por otro lado que al parecer esto de la afición a la tauromaquia ha tenido entre ella a personalidades propias de la izquierda.
A los que hablan de esa conformidad ética me gustaría oponer mi opinión política lejana de "pijoterismos" absurdos.

Régimen y oprobio.

Pretenden arrancar del corazón de Madrid el monolito en recuerdo a la Brigadas Internacionales, parece lógico. No veo cual sería la razón que permitiese que en una democracia como la que nos oprime hoy permaneciese un recuerdo a aquellos combatientes que luchaban en contra de la madre del sistema político en el que vivimos hoy. Sinceramente, parece mayor el oprobio que podría provocar que los miembros del Movimiento Comunista y del Movimiento libertario que lucharon codo con codo con las masas del pueblo español frente al fascismo se hiciesen con la aquiescencia del régimen actual.
La mayoría de los ornamentos que en nuestras calles recuerdan esta parte de nuestra memoria democrática y antifascista pretenden ser borrados del espacio público para que de esta forma desaparezcan de nuestra Historia. Bajo mi punto de vista no es tan extraño que quienes legislan contra las mayorías sociales, es decir la clase obrera y lo sectores populares, intenten que desaparezca todo vestigio de aquellos que basaban su acción política para evitar que éstas fuesen pisoteadas.

No debe producirnos sonrojo que el monolito desaparezca del campus de la Universidad Complutense, dado que esta acción pone al régimen en su sitio y a los que estamos frente a él nos muestra el referente de la estrella roja de tres puntas que brilla en el firmamento de los héroes del pueblo iluminando mas que nunca en estos tiempos difíciles.       

La hazaña de Don Manuel.

Parece que bajo esta denominación de cortesía podríamos estarnos refiriendo a ese ilustre ciudadano gallego de profundas convicciones democráticas cuyo óbito provocó brindis con todo tipo de licores entre los sectores obreros y  populares, pero no. Supongo pues que todos somos conscientes de quien es el objeto del artículo.
A la hazaña a la que me refiero es a la desinteresada actitud que precipitó el desplome de la República española. El último libro escrito a cuatro manos por dos egregios científicos de la Historia Angel Viñas y Fernado Hernández Sánchez, [1] atestigua el peso determinante que tuvo el abandono de la zona republicana de Manuel Azaña para el ulterior reconocimiento del Gobierno militar-fascista por parte de Inglaterra y Francia. Era imposible que los imperialistas franco-británicos pudieran concederle legitimidad a un gobierno en el cual la más alta magistratura del Estado había salido huyendo del país refugiándose tras la frontera en la legación diplomática de París, en un momento en el que una gran parte del territorio español se encontraba todavía bajo el mando del gobierno legítimo y del cual Manuel Azaña era la máxima autoridad, aunque siendo rigurosos, es de señalar que los ministerios de exteriores de Francia e Inglaterra llevaban un largo tiempo de contactos con los agentes de Franco presentes en los dos países.
Las valoraciones políticas respecto de este período han sido categóricas, buscando una exculpación a la línea política seguida por un  Gobierno republicano al que nadie le ha exigido determinadas responsabilidades ante la Historia y ante el principal sostenedor de una República que pretendió siempre demostrar al mundo su esencia burguesa mientras el proletariado español, encuadrado en los batallones del Ejercito Regular Popular, se batía en los frentes tras la bandera tricolor. La lucha antifascista del pueblo español pretendía hacer real la palabra democracia a la cual parecían servir vehemente los imperialistas franceses y británicos.   
 El relato oficial de las fuerzas frentepopulistas [2] han sido un constante bombardeo de reproches entre las diferentes fuerzas obreras que se culpan directa e indirectamente del saldo que arrojo la perdida de la guerra y los consiguientes años de dictadura. Todos han convenido en afirmar que el Gobierno Republicano fue víctima de la política exterior soviética por un lado y por otro del ferviente anticomunismo británico que Neville Chanberlaine definió como “no intervención”, pero lo cierto es que fueron las propias contradicciones dentro del bloque dominante las que provocaron el hundimiento final de la República Española.
Tras haber aplastado la revolución social impulsada por el anarco-sindicalismo, el POUM  y parte del Movimiento Socialista en Aragón, Catalunya y Levante, los republicanos burgueses, con la inestimable colaboración del emergente Partido Comunista, parecían haber cumplido su parte del trato para con los impulsores de la no intervención, la eliminación del elemento revolucionario de la retaguardia. Este hecho precipitaría la transformación de todos los grupos anteriormente citados en la auténtica quinta columna y contribuyentes activos de la victoria de Franco.
Pero lejos de centrar la culpa, con el habitual resentimiento de comunista español, en la conjunción anarco-poumista analizamos el nuevo vector que permite señalar la hazaña de Don Manuel de terminar de hundir la República.
La subida de Juan Negrín a la Presidencia de Consejo de Ministros fue impulsada por Azaña, dado que el carácter moderado del médico canario era el perfecto coadyuvante al perfil que exigían los “aliados” para favorecer el apoyo incondicional a la República Española, liquidando así el intento de gobierno sindical que encabezaba Largo Caballero. El gobierno de Negrín mantenía la pluralidad pero traía un sesgo nuevo, el principal objetivo era ganar materialmente la guerra, y no sortearla  por medio de la presión diplomática sobre los sublevados. Azaña y Negrín diferían en cuestiones sustantivas, Azaña desde el levantamiento del 18 de Julio había sido insistente en negar el hecho de la guerra y en el hundimiento del Estado, considerando a las milicias que tomaron el Cuartel de La Montaña una especie “Somatenes rojos” y a la sublevación militar-fascista una Sanjurjada de verano. No deja de ser reseñable la actitud del señor Presidente en semejantes circunstancias y que dibujan bastante bien su discurso exigiendo “Paz, Piedad y Perdón” a un oponente que pretendía desangrar a la “bestia rojo-masónica”   
Muchos son los errores que pueden achacársele a Negrín, incluso se puede afirmar que aunque de una sobresaliente y sólida formación científica era un hombre poco docto en cuestiones políticas. Pero lo cierto es que desde su llegada a la presidencia del Consejo de Ministros, mantuvo la pluralidad frentepopulista y fue capaz de forjar un consenso entre todas las fuerzas representadas en él para el intento de conseguir la victoria. Es el primero que ordena la centralización del poder en  torno al gabinete, en el que están presentes todas las organizaciones combatientes, en la cuales si bien no estaba representada la CNT de forma orgánica dirigentes del movimiento libertario como Melchor Rodriguez o Mariano Gómez formaban parte de él Estado republicano.     
Tras la lectura del maravilloso libro de Viñas y Hernández Sánchez quedan desterrados los tópicos de lo ocurrido durante el tiempo en que Negrín fue el máximoo representante del poder ejecutivo de la República española, sobre todo en torno a la participación del Movimiento Libertario en la formación del Consejo Nacional de Defensa o en la política de resistencia numantina que parecían abanderara Negrín y el PCE. Pero estos son temas que necesitan ser tratados por separado.
La figura de Manuel Azaña, a la que algunos deberíamos desplazar de nuestra izquierda, del masón anticlerical queda retratada tras la  investigación de estos dos historiadores como una figura que no estuvo a la altura que exigía aquel momento de la Historia en la que en la Península Ibérica se ponían las cartas de la política internacional boca arriba. Alguien que ni siquiera pudo morir como un héroe como lo hizo LLuis Companys ,sino como el cobarde que entregó a las hienas fascistas el esfuerzo inconmensurable que durante tres años de lucha, como dijo José Díaz, forjaron los hijos del pueblo español. 




[2] Con este término hacemos referencia a todos los que combatieron el fascismo englobando también al Movimiento Libertario Español y al POUM.  

¿Conquistar la democracia?

Desde que hace algunas semanas personas admiradas por mí, como Pablo Iglesias Turrión, Juan Carlos Monedero o la Diputada de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, Tania Sánchez Melero, han aparecido en los programas de la cadena de televisión y radio Intereconomía debatiendo con los habituales contertulios sobre temas como la memoria histórica, la II República, la Guerra Civil o la Dictadura de Francisco Franco. Lo cierto es que después de escudriñar los vídeos de los programas he llegado a una conclusión clara y certera: somos víctimas de nuestros propios errores políticos.
La ausencia de un relato cohesionado para oponerlo al de los vencedores, a las élites que han dominado las entrañas políticas y económicas del Estado español durante los dos últimos siglos,  ha dado como resultado que los eximios politólogos, a pesar de ser habilidosos oradores, hayan sido vapuleados por los aprendices de Ricardo de la Cierva y Comín Colomer por mucho que me duela reconocerlo. 
En una  charla pronunciada en la ciudad de Zaragoza, ante los militantes y simpatizantes de la Unión de Juventudes Comunistas de España, el profesor Pablo Iglesias nos decía, y sin falta de razón alguna, que era necesario disputar los términos políticos como democracia a la ideología dominante. Pablo Iglesias, que es un gran estudioso de la obra de Antonio Gramsci y de Slavoj Zizek, nos contaba como es imposible defender ante la "gente normal", términos como  “Dictadura del proletariado” y que acto seguido definía perfectamente como única forma democrática, entendida como lo que es en sí, dictadura para la clase oprimida y democracia para la opresora. Resulta un tanto chocante que podamos prestarnos (utilizo el plural mayestático dado que entiendo que cuando alguien como Pablo Iglesias, Monedero, o Tania Sánchez pisan la arena de los medios fascistas hablan por boca de muchos de los que nos encuadramos dentro de la izquierda radical) al acto suicida que parece intentar combatir sobre los temas señalados en el encabezamiento del artículo dentro del marco conceptual generado por ellos mismos. Me parece imposible que seamos capaces de crear una mínima vía de agua en los argumentos que se asientan sobre algo mas que la historia oficial de este país, sinceramente y a mi entender,  es algo mas que un relato. Bajo mi punto de vista los argumentos esgrimidos por los oponentes dialécticos de los compañeros anteriormente citados son el auténtico sustrato sociológico sobre el que se ha asentado la línea general de la política española durante la segunda mitad del siglo XX.

República, guerra y revolución social.

En términos políticos la mayoría de los militantes que se reclaman demócratas, socialistas, comunistas, trotskystas, anarco-sindicalistas o libertarios parecen tener un relato propio de lo sucedido entre los años 1931 y 1939. Pero, a decir verdad, no parece que algunos se hayan enterado todavía que la unidad orgánica del Frente Popular se había roto a finales del año 1936 y por ende  no hay una única forma de ver lo ocurrido durante esa época y la posterior noche de cuarenta años que llenó de sueños revolucionarios las cunetas de España. 
Ellos pueden hablar de la "masacre de Paracuellos" y acusar de ello a Santiago Carrillo, mientras nadie es capaz de hablar del asesinato de cuatro mil personas en la Plaza de Toros de la ciudad de Badajoz por las tropas que mandaba el General Yagüe, pueden como hizo el ignominioso historiador Fernando Paz decir que el bombardeo de Gernika fue básicamente una broma de verano que la Legión Cóndor mandó vía aérea a la histórica villa bizkaina. Pueden hacerlo. Si, tienen armas de las que nosotros carecemos, parece mentira que nos hayamos olvidado que para la burguesía (de la que no nos engañemos forman y formaban parte los nostálgicos de la obra de Francisco Franco) todo está permitido en su lucha contra el Comunismo en particular y contra la clase obrera y sus diferentes proyectos en general. Habría que parafrasear, como le gusta hacer a Pablo Iglesias, al Nega en la canción "Guerras Púnicas" del disco Riot Propaganda: "Es lucha de clases, subnormales. / ¡Comedme la polla!. Eso es lo que parecen estar gritándonos los amigos y amigas de Intereconomía. 
Parece que no queremos darnos cuenta que nosotros también podemos o por lo menos ser permeables a que esa filfa de la superioridad moral de la izquierda no es tal, algunos y algunas siguen viviendo en un "Nunca Jamás político" en el cual no cabe el enfrentamiento con quienes son nuestros antagonistas. 

Tanto los historiadores franquistas y los bien pensantes demócratas le han dado mucha importancia al editorial aparecido en "El socialista" el 3 de Enero de 1934 que bajo el nombre de "Atención al disco rojo" terminaba de esta tajante forma:"Concordia? ¡No! ¡Guerra de clases! ¡Odio a muerte a la burguesía criminal! ¿Concordia? Sí: pero entre los proletarios de todas las ideas que quieran salvarse y librar a España del ludibrio. Pase lo que pase, ¡atención al disco rojo!" Parece claro que desde que ganaron la guerra ellos nos lo han aplicado a nosotros. Pero parece que todavía no nos hemos dado cuenta que hablar de defender la democracia en plena orgía nacional-sindicalista no sirve como arma de combate, como todos saben esa palabra ha sido arrebatada por el enemigo y que  para nosotros tenga otro significado es imposible tumbar a los conversos que desde las tertulias de televisión construyen ideología apuntalando así el actual estado de las cosas.  

El hecho político de que nos revistamos de los ropajes demócratas hoy por hoy  no va a llevar al imaginario de esa gente normal ni a Robespierre, ni a Marat, ni a Pi y Margall. No. Las mentes de todos aquellos que están sometidos al sentido común proyectarán la imagen de Margaret Tathcher o Ronald Reagan, Si pretendemos que alguien se crea que la legión de "stalinistas" y anarquistas que formaron parte de las Brigadas Internacionales defendía la democracia con el significante que la ideología dominante le ha otorgado estaríamos siendo nosotros los primeros en deshonrar su memoria.
Conviene resaltar que fueron las potencias denominadas "democráticas" las que vendieron a la República al fascismo, que el único apoyo que tuvieron las masas del pueblo español fue el de la Unión Soviética,el del Movimiento Comunista Internacional y por supuesto de toda la humanidad progresiva. En tanto todo continué así habrá que replantearse los argumentos a utilizar y saltar por encima de lo que significa ser políticamente correcto y que como decía la el profesor Pablo Iglesias en uno de sus editoriales en el programa Fort Apache, "la política es boxeo" y por eso no caben combates a los puntos contra los cuadros de la opresión sino ir a por el KO.


     

Emociones políticas.


Si, aparentemente es contradictorio. Pero lo cierto es que a pesar de que Nicolas de Maquiavelo sistematizase la separación entre ética y política, tanto ésta como la ideología tiene un fuerte componente emocional.
No seré yo el primero que ha llorado mientras entonaba la Internacional puño en alto o estando al lado de cualquiera de esos viejos luchadores de la “Numancia Errante”* que la Historia ha condenado al ostracismo. Pues bien  este tipo de sensaciones las he vuelto a experimentar este 14 de Abril. A pesar de que cualquier militante de la “izquierda revolucionaria”, o por lo menos lo más conscientes, han deslindado y superado el “fetiche republicano” todo aquello que representa esa bandera tricolor, que aplastó un gran número de insurrecciones campesinas y huelgas obreras manu militarii, produce determinadas sensaciones que hacen que la sangre fluya más rápido y que las lágrimas resbalen lentamente por las mejillas demostrándonos de forma empírica que la emoción se constituye en un factor importante dentro de nuestra conciencia.
El hecho de ver ondear la bandera republicana en el Ayuntamiento de Donostia, me ha reconfortado profundamente. El alcalde donostiarra ha declarado que la bandera republicana se izó en el balcón del consistorio como lo hizo la de Palestina o la de la Republica Democrática Saharui. Por lo tanto parece que Juan Karlos Izaguirre le otorga al o a los pueblos del Estado español la cualidad de “oprimidos” y está valorando, como es de justicia, el ejercicio combatiente de una parte de la población española en su lucha contra el fascismo, por la democracia y la justicia social, en la misma medida que los militantes de izquierda y antiimperialistas los hacemos con los combatientes palestinos y saharauis.
La izquierda abertzale ha sido capaz demostrar una vez más su coherencia internacionalista, por eso esa “bandera española” símbolo de la integridad y la dignidad de aquel o aquellos pueblos que resistieron tres años de guerra y cruzaron los Pirineos para continuar el combate, demostrando así que el nazi-fascismo era el feroz enemigo del proletariado y de los pueblos del mundo, ha ondeado en ese Ayuntamiento.
Valgan estas letras para mostrar e agradecimiento fraternal a los gudaris de Eusko Abertzale Ekintza-Acción Nacionalista Vasca, fuerza integrante de aquel proyecto fallido llamado Frente Popular traicionado por aquellos pequeños burgueses turnistas y por aquellos que en un pequeño pueblo de Cantabria firmaron la capitulación de Euzkadi con los que oprimieron y siguen oprimiendo al pueblo vasco. Que sirva esta emoción militante para derrocar las fronteras creadas por burgueses y esencialistas que pretenden separarnos de forma política, porque la territorial llegará mas pronto o más tarde aunque a muchos no les guste.
Encendamos la luz de memoria antifascista para levantar a aquellos que cayeron en Sartaguda, en Madrid, en Gernika, en Málaga, en Durango, en Barcelona, en Otxandiano o en Almería, hijos e hijas de la injusticia que les procuró una ignominiosa muerte.
* El poeta León Felipe definió al exilio republicano, entre el cual él se encontraba, como la "Numancia Errante" de la que dijo "Somos soldados derrotados de una causa invencible".

¡Si a la protesta violenta!.


Tras la Huelga en la Educación del 29 de Febrero y los incidentes ocurridos en la ciudad de Barcelona, los terminales mediáticos de la extrema derecha y también de la "proguesía española" han conseguido encontrarse en un punto, habitual como su naturaleza lo demuestra, en el que están celosamente de acuerdo.
Los actos de “violencia” ocurridos en la “Ciudad Condal” de quema de contenedores o rotura de cristales de entidades de bancarias parecen haber encendido las alarmas en según que sectores preocupados por reconducir la protesta por la senda “mas pacífica” a fin de mantener determinados elementos que no la empujen hacia la ruptura política y social. Si bien, es necesario desautorizar a aquellos que como pasó en el movimiento de masas contra la guerra imperialista en Irak consiguieron que se hablase de “una guerra ilegítima, ilegal e injusta” en vez de denominar a ésta como lo que era, el arma necesaria del Imperialismo Internacional para mantener intacta la tasa de ganancia del Gran Capital, la única forma de evitar que esto ocurra de nuevo, pasa por la construcción de una Hegemonía Social que destierre los discursos conciliadores y cuyo primer acto podría ser por ejemplo; no condenar los actos de “violencia” que escandalizan de esta forma a fascistas y “progres” enemigos naturales de la clase obrera y los sectores populares y por tanto de todo Movimiento Social que pretenda ser o denominarse revolucionario.
Lo malo de estos actos de acción directa es el hecho que sean siempre realizados por esa “cochambre” que raramente tienen algo que ver con los sectores explotados. Los héroes de los "pies negros" suelen ser los que habitualmente utilizan a los sectores populares que salen a la calle para oponerse a ésta o a otra medida y también a la totalidad del sistema como escudos humanos para proteger a sus piojos de los porrazos policiales, ¡que extraño que sean los sectores marginales los que siempre comiencen el baile con los chicos de la porra!.
Desde hace años pongo el mismo ejemplo, bastante gráfico por cierto: en la película “La Huelga” de Sergei Einseinstein se muestra en un montaje paralelo la siguiente secuencia: los obreros acaban de dar la señal para que comience la huelga, uno de los adlateres del patrón se comunica con los “pies negros” de Bakú a los que se llaman para reventar la Huelga y para acabar con el movimiento, señalando a eso elementos lumpen-proletarios como lo que son, elementos externos a nuestra clase. Tan enemigos como la burguesía y los sindicatos pactistas.
La violencia, no es ningún juego, y tiene sentido si el terror es ejercido por las masas o en algún momento aparece algún tipo de vanguardia armada, como la primera ETA o las Brigadas Rojas en Italia, que apunte a la cabeza para implementar la acción colectiva del movimiento obrero. El último jalón de la lucha para la construcción del poder popular pasa por como planteo la estudiante chilena Camila Vallejo la utilización de la violencia como el apoyo de la acción de masas para por decirlo de forma coloquial “que se enteren de que la cosa va en serio”.
Los anteriormente expuestos son casos en que la violencia es revolucionaria, de nada sirven episodios que parecen encender determinadas llamas pero que lejos de favorecer "la desobediencia al sistema" lo apuntalan en la misma medida que el pacto social. Supongo que a determinados elementos de la ultraizquierda llegaron a tener una experiencia cuasi orgásmica cuando las calles de Londres ardieron y los jóvenes de aquellos suburbios ingleses reventaban tiendas para llevarse televisiones de plasma y zapatillas de marca. ¿Dónde esta la negación del sístema en estos actos, el sistema que les impide poder optar a esos bienes de consumo?. El enfrentamiento con los “piquetes del terror en forma de policía” por parte de estos elementos sin ningún tipo de conciencia de clase, ni en sí y mucho menos para sí, favorece dado que esa conciencia es fruto de la lucha de clases pero desde el punto de vista antagónico, la confrontación social “clase contra clase” o sí, pero siempre contra el proletariado.